La infame campaña por las elecciones europeas nos muestra y demuestra la verdadera cara de la UE.

Desde el fin de la II Guerra Mundial, con el Plan Marshall Estados Unidos creo el imperio. Y el imperio se articula y organiza en la OTAN, en cuyos órganos político-militares mandan los militares yankis.

Y la OTAN y la Unión Europea son prácticamente lo mismo, a excepción de Austria, Irlanda, Chipre y Malta. Es decir, 23 de los 27 Estados de la UE son también miembros de la OTAN a la que se añaden los EEUU, Canadá, Islandia, Noruega y Turquía.

La intención de la OTAN con su expansión hacia el Este ha sido doble: acorralar geopolíticamente a Rusia y controlar las materias primas de los países del Este.

Ucrania era la última pieza del puzzle. Provocaron la revuelta del Maidán para colocar, a sangre y fuego, un gobierno títere de la OTAN y que acabara integrándose en el imperio.

Ucrania es rica en minerales, cereales y más importante aún en tierras raras. Y la guerra de Ucrania esta siendo un negocio redondo para el capitalismo yanki. Está sustituyendo a Rusia como proveedor de Gas Natural, transportando sus barcos con Gas Natural Licuado a Europa, mucho más caro y ademas con mucha más contaminación. Contaminación que generan los propios barcos. Y ademas del negocio del gas, el negocio de la venta masiva de armas -la principal industria de EEUU- a Ucrania. Sí, venta porque a Ucrania no se le regala nada.

Ucrania se esta endeudando con los EEUU y con Europa en compra de armas con la garantía de sus riquezas naturales. Está poniendo la sangre de sus jóvenes no para defender su independencia sino para defender el imperio. Ucrania ya es una colonia del imperio.Su sueño húmedo sería colonizar Rusia, pero saben que no van a poder.

El imperio nos quiere llevar a la guerra, la OTAN es su órgano y la UE su cómplice. Y está dándole alas a Taiwan, para provocar a China.

Por eso el día 9 la abstención es una exigencia moral para denunciar una UE que es vasalla de los EEUU y que pretende expoliarnos a las andaluzas nuestras riquezas naturales. Y, además, es una exigencia moral para decir no al apoyo a Ucrania para engordar el imperio y no a la complicidad con el Estado genocida de Israel.

El 9 de junio ¡abstención!

Por Joan Batlle.