Esta semana un influencer con 800.000 seguidores, llamado Víctor Domínguez, ha colgado un vídeo contra los pensionistas. Con perlas como que los pensionistas son «un lastre para el país», «un colectivo egoísta», «a los pensionistas no les interesa ni el futuro del país ni el futuro de los jóvenes» o «cada puto euro que les damos a los pensionistas se lo quitamos a sus nietos».

El tema no dejaría de ser una anécdota si no fuera porque este influencer es un mercenario del capitalismo. Al final cuando el capitalismo se quita la careta muestra su verdadero rostro: la ley de la selva. Es decir, el fascismo.

Sus vídeos defienden a Trump, a Milei y a las políticas que Milei ha puesto en marcha de bajar la pensiones mínimas en Argentina. La táctica de estos vídeos es crear un impacto para que se hable de ellos y, a partir de ahí, abrir un debate.

Las frases hirientes son maniobras de distracción. Lo que de verdad quiere hacernos creer este personaje es que la única manera de hacer sostenibles las pensiones es recortarlas.

Este vídeo enlaza con campañas como las que crítican que algunas pensiones sean más elevadas que algunos salarios y que viene a decir que no puede ser que alguien  que no trabaja no puede ganar más que alguien que trabaja. Y se vincula con unas recientes manifestaciones de la Comisión Europea en el sentido de que los pensionistas «han de  ser solidarios» con los  jóvenes.

Todas estas campañas manipulan y se contrarrestan con matemáticas, matemáticas que se resumen en unos pocos datos: 

-En el Estado español un 50% de las pensiones de jubilación; un 70% de las pensiones de viudedad y un 65% de las de incapacidad permanente son inferiores al salario minimo.

-En Andalucía la media de las pensiones es 1.125 euros, menos que el salario mínimo.

-Y un dato demoledor -que no encontramos referido específicamente a Andalucía- pero en el Estado español la pensión del 72% de las mujeres y del 45% de los hombres es inferior al salario mínimo.

Son datos muy graves que reflejan, de paso, que la brecha de género es un auténtico socavón en el colectivo pensionista.

La clase trabajadora andaluza hemos de decir basta ante la manipulación diaria contra todos y en especial contra nuestras personas mayores.

Ya esta bien que día sí y día también nos digan que el futuro de las pensiones solo se garantiza recortándolas.Debemos denunciar esta mentira y desemmascarar a los patriotas españoles de pulserita como Domínguez, que desde 2020 ha fijado su domicilio fiscal en Andorra.

Hace más de 40 años que el Estado español recorta las pensiones y actúa contra los pensionistas futuros, tomando progresivamente las siguientes medidas:

-El número mínimo de años para tener derecho a una pensión de jubilación ha pasado de 5 a 15 años.

-El período de calculo de la jubilación ha pasado de los  dos últimos a los  27 últimos años.

-Se ha aplazado la edad de jubilación de los 65 a los 67 años a partir de 2027, salvo que se tenga una vida laboral mínima de 38 años y medio.

Hasta ahora no se han atrevido con los pensionistas actuales, más allá del aumento del 0,25 % máximo del PP pero vídeos como este intentar abonar el camino para ello.

Y frente a la doctrina del recorte el pueblo trabajador andaluz hemos de alzar la voz diciendo lo evidente. Y es que cuando en nuestras casas no nos salen las cuentas sabemos que hay dos soluciones: recortar gastos o aumentar ingresos.

Después de 40 años de recortar pensiones toca hacer políticas que mejoren ingresos. Es decir, que aumenten las cotizaciones:

-Aumentar el numero de cotizantes creando empleo, mediante la reduccion de la jornada laboral. Repartir el trabajo para que trabajemos todas más allá de las 37,5 horas de las que se habla, hasta llegar al pleno empleo. El efecto de esta medida sería doble: mejor redistribución de la riqueza y aumento de ingresos a la Seguridad Social.

-Aumentar los salarios no bajo el criterio de que el salario mínimo sea un 60% del salario medio sino que pase a ser el salario necesario para vivir dignamente. Con ello no solo viviremos dignamente sino que cotizaremos más y apuntalaremos las futura pensiones.

– Acabar con las horas extras sin remunerar.

– Acabar con el tope máximo de cotización: si un ejecutivo gana 12.000 € al mes, ha de cotizar por 12.000 y no por 4.400 € que es el tope máximo de cotización actual.

Y es que para las personas mayores y el resto de  las trabajadoras de cualquier edad la seguridad no consiste en tener mucha policía en las calles sino en tener derechos que nos permitan encarar nuestro futuro sin incertidumbres.

Basta ya de intentar dividir a la clase trabajadora por edad u origen. Esto no va de sacrificarnos o solidarizarnos las personas mayores, va de redistribuir la riqueza haciendo que paguen más quienes más ganan empezando por las grandes empresas.

Solo vamos a poder encarar un futuro digno para nuestros hijos y nietos asegurándoles pan, trabajo, techo y libertad; construyendo la República Andaluza de Trabajadoras.

Por Joan Batlle.

Granada, 27 de septiembre de 2024.