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Donald Trump y los «cristianistas»

Vaya por delante que soy cristiano, además de independentista andaluz y comunista, para que se entienda lo que voy a exponer en este artículo. De la administración Trump se pueden decir muchas cosas: practica  el chantaje sistemáticamente  en las relaciones internacionales, es capaz de decir que quiere anexionarse el Canal de Panamá, Canadá -a cuyo primer ministro Trudeau llama gobernador como si lo fuera de un estado de los Estados Unidos- o Groenlandia, que es territorio danés. También que ha convertido los aranceles en un arma de guerra comercial, y actúa como el «matón de la clase» frente a todo y frente a todos. ¿Os imagináis que Putin o Xi Jinping hubieran planteado estas anexiones?

Además viola el derecho internacional con palabras y con hechos y es capaz de plantear la posibilidad, después de apoyar el genocidio israelí, de plantear el destierro de mas de dos millones de gazatíes para convertirlo en un resort.

La administración Trump es el capitalismo en estado puro, no se molesta ni en crear un relato como esta hoy de moda decir. Es el manipular de toda la vida. Habla claramente: quiero anexionarme Groenlandia porque me interesan sus recursos naturale, quiero anexionarme Canadá porque me conecto con Alaska y con Groenlandia e incorporo sus recursos naturales, me anexiono Panamá porque interesa a los EE. UU. para controlar el comercio internacional… En la famosa discusión con Zelenski dijo: «no haré negocios con este hombre». Y es que en el sistema capitalista la política es una parte del mundo de los negocios. Nos ha demostrado que no existen países amigos ni aliados, solo existen países con los que se comparten intereses y con los que no.

El gobierno Trump es, como decía Lenin de los gobiernos de los países capitalistas, el consejo de administración del capitalismo y como tal su única política no son ni la paz ni los derechos humanos sino el lucro del capitalismo de los Estados Unidos, sin anestesia ninguna.

Pero ya desde su primer mandato se ha rodeado de secretarios de estado, es decir, ministros fanáticos cristianos. Son «cristianistas», el equivalente a los islamistas.

Nunca se había visto a un gobierno rezar en público antes de su reunión ni a un Secretario de Estado de los EE. UU., Marco Rubio, afrontar una rueda de prensa con la cruz del miércoles de ceniza en la frente.

En la historia hay numerosos ejemplos de regímenes que han cometido barbaridades en nombre de Dios. Nos han intentado hacer creer que esto era propio de regímenes como Irán, que nunca ha invadido otro país ni cometido genocidio, pero lo cierto y verdad es que en Occidente ha sido muy habitual (desde la cruzada cátara francesa bendecida por el papa para anexionarse Occitania hasta la cruzada en que los obispos españoles convirtieron el golpe de Estado fascista) y ahora el nuevo cruzado Trump. Y detrás de Trump una Unión Europea que decide invertir 800.000 millones de euros en «defensa», por no decir en preparar la guerra.

Los fascistas son «cristianistas», fariseos que combaten el aborto en defensa de la vida y bendicen el genocidio de Israel en Palestina en defensa de la muerte.

Ha colapsado el teatro de los «valores de Occidente». El teatro del derecho internacional y el único móvil de los políticos occidentales es defender los intereses del capital. Solo la movilización popular y alzar una República Andaluza de Trabajadoras nos alejará de los Estados criminales occidentales, abandonando la UE y la OTAN.

Joan Batlle.



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