Andaluzas que escriben sobre Andalucía, el Mediterráneo y el mundo


El Estado Libre de Andalucía y la corona de España

Quiero empezar este Bando de reflexión1 no empleando afirmaciones que puedan aparecer ante el lector como una justificación sin más, de una demanda, por otro lado, a todas luces legítima y democrática, que seguimos teniendo las andaluzas y los andaluces de hoy, de reclamar la creación de un Estado Andaluz Soberano, Libre e Independiente del Reino de España, como ya lo hicieron nuestros antecesores, de modo formal e institucional, el 21 de julio de 18732; al igual que otras colonias y pueblos sin estado en fechas y circunstancias similares3.

Por el contrario, he creído más pedagógico comenzar esta proclama, compartiendo con ustedes algunas reflexiones que, abiertamente, confrontarán al lector con unos muy activos y reconocibles intereses foráneos a nuestra Tierra, que bien pueden estar hoy en las tertulias de las terrazas de la Plaza Mayor de Madrid, en las cafeterías low cost del Congreso de los Diputados o insertados en los espacios publicitarios patrocinados por algunas grandes marcas en las televisiones, radios, prensa escrita y demás RR.SS.

Una vez identificados estos grupos, el lector sólo deberá continuar hilando un poco más, y podrá descubrir otros intereses, igualmente reconocibles, pero desgraciadamente en este caso, afincados en nuestro país y ostentados por grupos endógenos que han parasitado en Andalucía: filiales empresariales, multinacionales que siguen explotando los recursos naturales de nuestra tierra, políticos y gobernantes que hacen de correvedile4 entre la España central y su periferia, algunos muy “importantes” propietarios de tierras o inmobiliarias en Andalucía, fabricantes de bebidas, empresas exportadoras de materiales de construcción, industrias petroquímicas, etc.

Analicemos cada uno de ellos por separado.

Primera reflexión, ¿se puede naturalizar 5 que existan Reyes, Reinas, dinastías reales o nobiliarias, con derechos políticos y materiales sobre personas y territorios?

Segundo, ¿se puede naturalizar que esos mismos derechos políticos y materiales adquiridos, sin más mérito que la sangre propia, la sangre ajena derramada o por el mero paso de los años, puedan ser aceptados como legales y legítimos?

Tercero, ¿se puede naturalizar la existencia de una dictadura como una forma legítima de gobierno en un territorio?

Cuarto, ¿se puede naturalizar igualmente, por ejemplo, que el ordenamiento jurídico y académico6, creado por esos gobiernos de coronas y dictadores, puedan seguir causando profundos daños, otorgando privilegios o repartiendo desigualades (materiales, sociales o económicos) de unos territorios y clases sociales sobre otros, en lo que hoy seguimos conociendo como Reino de España?

Y quinto, ¿se puede despojar a un territorio de sus habitantes nativos, de las propiedades de aquellos, de su lengua, de su cultura, de su historia, de su fe o de sus negocios, a través de gobiernos y gobernantes ilegítimos y extranjeros?

Las respuestas serán las que cada uno de ustedes quieran expresar. Avancemos.

Lo que sí parece y está perfectamente contrastado por la Historiografía 7 , es que los andaluces y las andaluzas a lo largo de los siglos, aunque fundamentalmente, los que vivieron entre los años 1700 y 1936, sí tuvieron respuestas a esas preguntas para unas condiciones de vida indignas e insostenibles: movilizaciones, huelgas y sublevaciones.

Por el contrario, las respuestas ofrecidas por los gobernantes y reyes a los habitantes de este territorio que ya era Andalucía, fueron ¡sencillamente! simples: ausencia de diálogo, mínima sensibilidad social, privatización de los recursos naturales y publicación de bandos militares avisando de: represiones, detenciones, torturas, encarcelamientos y fusilamientos.

Más de 6.000 muertos “oficiales” según las crónicas durante las primeras revueltas del siglo XIX y más de 54.000 asesinados y fusilados durante la última guerra civil, sólo en Andalucía8.

Para nuestros antecesores, al igual que hoy para todos los lectores que quieran conocer, Andalucía era a todas luces un territorio con unos excelentes recursos naturales explotados por una economía extractiva que estaba al servicio exclusivo de los intereses particulares de la nobleza Castellana-Aragonesa, de las diferentes y sucesivas familias reales extranjeras que reinaban en España y de una de oligarquía autóctona, aunque en muchas ocasiones, también impuestas en Andalucía9.

Todo esto sucedía sin más derecho y razón, que la utilización sistemática de una brutal represión violenta a través de las armas, tanto de militares como de fuerzas no regulares10, para mantener el orden establecido y por tanto sus privilegios. 11

Cabe recordar aquí, para los lectores que sigan hoy teniendo dudas de las condiciones de vida de aquellos años, que los estados españoles de esa época no prestaban precisamente servicios sociales o repartían empleo en Andalucía, solo represión, miseria y analfabetismo.

Algunos ejemplos intencionadamente ocultados.

1857 insurrección popular en la provincia de Sevilla, Utrera, Arahal, Morón de la Frontera y demás municipios de la Sierra Sur. 100 muertos y 300 presos torturados.

1861 sublevaciones en Loja, Mollina y más municipios colindantes de las provincias de Granada y Málaga.10.000 jornaleros convocados.

1868 4 de diciembre, sublevaciones y revueltas en Cádiz, Puerto Santa Maira, Jerez de la Frontera, Sevilla y Málaga.

1869 movimientos de protesta en casi la totalidad de lo pueblos de Andalucía.

1873 huelga general en la campiña de Jerez, Alcalá del Valle, Grazalema, Benacoaz, reclamando la abolición del trabajo a destajo (quizás le suene al lector).

Con estos y otros muchos más antecedentes, las andaluzas y andaluces de aquel momento de la Historia dieron un paso más. Se organizaron y confluyeron en un movimiento libertador, primero a nivel municipal y después federal, como se recoge en su manifiesto y proclama del 21 de Julio de 1873 en Despeñaperros:

(…) Desde 1869 veníamos recorriendo ciudades, pueblos y aldeas de Andalucía pidiendo a todo intelectual, obrero, campesino, jornalero o mujer, que nos quisiera escuchar, la necesidad de la constitución de un Estado independiente de Andalucía (…) “

““Hoy 21 de julio de 1873, reunidos en Despeñaperros, frontera natural de nuestra tierra con las regiones de Castilla, estando presentes las fuerzas federalistas que apoyan esta convocatoria, enarbolamos aquí y ahora, la bandera de la independencia de Andalucía (…)“ de la Corona de España.

El Estado Confederal Andaluz proclamado duró sólo hasta el 22 de septiembre de ese mismo año. 12

La respuesta del estado central fue la misma. Un “glorioso” General Pavía dirigió las columnas de soldados que avanzaron desde Madrid y se impusieron a los federalistas andaluces a través de las armas y los fusilamientos.

¡Ay, cuántas oportunidades de negocio se abrieron entonces para las familias, para los monopolios españoles y extranjeros, y para los gobernantes que financiaron aquella primera guerra civil!13

Más inversiones, más adquisiciones de fincas, más préstamos de bancos oficiales, más direcciones generales, más secretarias oficiales en los ministerios, más jugosos contratos en las explotaciones mineras de Andalucía, más contratos de suministros y cuántas cosas más que hoy seguimos pagando.

Aun así, nuestros antecesores andaluces no cesaron en su empeño ni en sus denuncias. Siguieron pidiendo dignidad, tierra y libertad.

Diez años más tarde, octubre de 1883, consiguen redactar y aprobar en la ciudad de Antequera la I Constitución Andaluza, (conocida precisamente como Constitución de Antequera en los escritos de los andalucistas históricos) donde en su artículo primero se define explícitamente a Andalucía como un país conun estado soberano y autónomo que se organizará en forma de democracia republicana, (no más reyes ni reinas, ya hemos tenido bastantes; debieron pensar) y que no recibirá ningún poder exterior al de las autonomías que le instituyen por este pacto“.14

Hoy, 150 años después de aquel 21 de julio de 1873 y a escasos días de unas nuevas elecciones al Congreso de los diputados en Madrid, ¿no creen ustedes que podríamos hacernos las mismas o parecidas preguntas que entonces?

Ahí lo dejo. Sigamos avanzando en los hechos sucedidos hasta hoy.

Los andaluces y las andaluzas seguimos siendo pobres, materialmente hablando. Seguimos siendo económicamente dependientes, no porque Dios lo haya querido, no porque lo merezcamos; sino porque se nos has despojado intencionada, planificada y minuciosamente, de toda nuestra dignidad. Se nos ha tratado como una colonia15 a la que había que esquilmar.

Para ello, se ha ocultado nuestra verdadera Historia como pueblo, matando a los más valientes que osaron revelarse y fusilando a los intelectuales y pensadores que promovían la independencia de esa España imperial. Uno de ellos, precisamente, el muy honorablemente reconocido como Padre de la Patria Andaluza, D. Blas Infante Pérez de Vargas, fusilado el 11 de agosto de 1936. Casualmente ejecutado por otro glorioso general, Queipo de Llano, a las órdenes de otro glorioso general, Francisco Franco.

Pavía, Queipo y Franco. Tres gloriosos salvadores en tan sólo 63 años. (1873-1936). ¿No le parece al lector que fueron muchos generales para un territorio que todos despreciaban e ignoraban porque decían – al igual que algunos correvediles de hoy – que había mucho atraso, mucha pobreza, analfabetismo, revueltas, huelgas y hambrunas?

Sigamos. Durante casi ese mismo periodo 1833-1936, también tuvimos también una Reina, Isabel II, y tres Reyes: Amadeo I, Alfonso XII y Alfonso XIII. Su presencia tampoco cambió el curso de las condiciones de vida de las andaluzas y los andaluces. Pues entonces, podríamos hacernos una nueva pregunta, ¿qué les movió a aceptar la Corona de un territorio tan estéril, maloliente, con tantos jornaleros vagando por las calles y plazas de sus ciudades y pueblos?

En definitiva, ni los generales ni los reyes supieron acabar con los problemas de atraso y subdesarrollo de Andalucía. Algo falló. Algo, no nos han contado. ¿Por qué entonces la dictadura, los militares, y la monarquía se ha alargado y se ha instaurado con naturalidad entre nosotros?

Es evidente por todo lo expuesto en este bando reflexivo, como indicaba al principio de su redacción, que desde el siglo XIX hasta hoy en día, existió en Andalucía una primera proclamación legal de independencia del Reino de España (1873) y una primera constitución formal, redactada, pensada y aprobada (1883) con una intención clara de mejorar las condiciones de vida de las andaluzas y los andaluces. Y ambas cosas las hicieron exclusivamente nuestros antecesores sin interferencias o participación de otros territorios.

Andaluzas, andaluces, celebremos este 150 aniversario de la proclamación del Estado Confederal Andaluz trabajando para hacer caer a la Monarquía Española, se llame Felipe VI, Leonor I, o Carlos III; luchemos por eliminar de una vez por todas, los privilegios jurídicos otorgados a las clases cómplices necesarias de la dictadura franquista, devolvamos al pueblo andaluz, lo que siempre fue suyo.

Conozcamos todo lo que crearon nuestros antecesores. Desempolvemos de los cajones cerrado de nuestra Historia, nuestra I Declaración de Independencia y nuestra I Constitución, llevémoslas a las salas de estudio de las Universidades, a los Institutos, a las escuelas, a los centros de trabajo.

Andalucistas, anarquistas, marxistas, antimilitaristas, ecologistas, emigrantes, trabajadores explotados, jornaleros, feministas, estudiantes, nietos de fusilados en la guerra civil, seguidores de Blas Infante y de Fermín Salvochea, nietos de profesores despojados de sus plazas docentes, de sus cátedras durante la dictadura, pensionistas huérfanos de pensiones dignas, ciudadanos de barrios pobres y obreros, hombres y mujeres de bien … de esta Tierra que se llama, pese a quien le pese, A n d a l u c i a.

¡Viva el Estado Libre de Andalucía!

Por Manuel Lazpiur Rodriguez

Miembro de la Asamblea Local de Nación Andaluza en Sevilla.

Ex dirigente de las Juventudes Andalucistas y del Partido Andalucista desde 1986 hasta el 2015.

Ex diputado por Sevilla.

Nieto de Fermín Lazpiur Lagomassini. Anarquista. Fusilado ilegalmente el 12 de agosto de 1936 y arrojado indignamente a la fosa común de Picos Rejas en el Cementerio de San Fernando en Sevilla junto a otros 1.786 represaliados. Dejó una viuda y siete huérfanos.

NOTAS

1Proclama o edicto, que se publica generalmente por orden superior, militar principalmente o de un Alcalde o Alcaldesa”. Diccionario de la Lengua Española. DLE. Versión 2022. En los tiempos a los que se refiere este documento, sobre todo Siglo XIX, hubo muchos Bandos con palabras escritas como “Libertad o Estado Independiente de Andalucía (…)”, y otros muy pocos, peros muy efectivos, con palabras escritas como “serán ejecutados a garrote o fusilados todos aquellos que (…)”.

2 Cantonalismo y federalismo en Andalucía: el Manifiesto de los Federales de Andalucía. Juan Antonio Lacomba., Universidad de Málaga. 2001. Manifiesto “A los federales de Andalucía” en “Colección de Proclamas, Bandos y boletines publicados en esta ciudad desde setiemnbre de 1868 hasta enero de 1874”. Archivo Provincial de Málaga.

3 Otros casos fueron: 4 de julio de 1776 Declaración de Independencia de las 13 colonias de Inglaterra en lo que hoy es EE.UU. 1802 declaración de independencia de las Islas Baleares de Inglaterra.10 de octubre de 1868 declaración de independencia de Cuba de la Corona de España. 1892 declaración de independencia de Biscaya del Reino de España y Fundación del Partido Nacionalista Vasco. 1905 declaración de Independencia de Noruega de Suecia, o 1945 declaración de independencia de la India de Inglaterra. Etc. Sumemos a todo lo anterior, los territorios del Imperio Español en ultramar: América del Sur, Central y México durante el siglo XIX que también se independizaron de España.

4Persona que lleva y trae cuentos y chismes. Diccionario de la Lengua Española. DLE. Versión 2022. O lo que es lo mismo “Personas que concierta una relación amorosa o amistosa entre una Metrópoli y sus colonias.

5 Introducir y emplear en un país, como si fueran naturales o propios de él, cosas de otros países. Diccionario de la Lengua Española. DLE. Versión 2022.

6 La Universidad de Sevilla muestra expedientes de depuración de profesores durante el franquismo (…) Agencia Europa Press. 8 de junio de 2023.

7 Estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre historia y sus fuentes, y de los autores que han tratados estas materias. Diccionario de la Lengua Española. DLE. Versión 2022.

8 Victimario Histórico Militar. Capítulo VI. Varias grandes Guerras y genocidios del S.XIX. En él se recoge en las múltiples guerras en Hispanoamericanas por la Independencia de la Corona de España, que murieron unos 40.000 realistas (soldados españoles), es decir, en Andalucía en un periodo parecido el ejército regular, mató a más andaluces y andaluzas que el número de pérdidas empleadas en el Reino de España de ultramar.

9 Poder, economía y sociedad en el sur. Historia e instituciones del capitalismo andaluz. Carlos Arenas Posadas.Año 2016. Centro de Estudios Andaluces. Andalucía en el siglo XXI. Una economía crecientemente extractiva. Manuel Delgado Cabeza. Universidad de Sevilla. Entre otras publicaciones y estudios.

10 El 28 de maro de 1844, la Reina Isabel II firmó el Real Decreto para la creación del Cuerpo de la Guardia Civil. (…) para vigilar el campo, sobre todo en Andalucía.

11 Los ministerios habituales de los Gobiernos de España durante este siglo fueron: de la Presidencia del Consejo, del Estado, de Gracia y Justicia, de la Guerra, de la Marina, Comercio y ultramar, Hacienda, Gobernación del Reino para la Península y las islas adyacentes.

12 Cantonalismo y federalismo en Andalucía: el manifiesto de los federales de Andalucía. Juan Antonio Lacomba. Universidad de Málaga. 2001.

13 Artículo de prensa. Juan Antonio Lacomba 2001.

14 Idem. Nota 12.

15 Territorio dominado y administrado por una potencia extranjera. Diccionario de la Lengua española. DEL. Versión 2022.



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