Este domingo vuelven a abrirse los colegios electorales en Andalucía, esta vez para las elecciones estatales, donde escuchamos a unas gritar: “Que viene el fascismo”, y a otras: “Hay que acabar con el gobierno socialcomunistachavistavolibarianobilduetarra”, y cada una arrima
el ascua a su sardina y te piden que las votes, que ellas van a salvar España.
Se vienen a Andalucía a “pescar en el caladero (expresión que me revuelve el estomago y me hace salir los demonios de mis adentros) de votos”. Ves a todo el panorama político español folclorizarse, incluso se visten de faralaes, para caer en gracia a las andaluzas, como si fuéramos niños de carrito o cortitos de mollera. Pero claro Andalucía supone 61 escaños en el
Congreso, una buena tajá, y hay que aprovecharlo. Aparecen por el “sur”, muchos por primera vez en su vida, como seres de luz que nos van a enseñar a pescar. Que buenas fotos les salen para Instagram y que buenos videos de sus mítines para TIK TOK.
Pero una vez acabada su campaña y elecciones cogen sus bártulos y se piran hasta las próximas elecciones. ¿Y Andalucía qué? ¿Y las andaluzas qué? Y lo más importante, ¿nuestro futuro qué?
Porqué esta última pregunta, pues porque es lo que me preocupa, porque soy un obrero de 32 años, hijo de la crisis, no solo hijo, si no victima de una crisis perpetua. Sí, desde que tengo uso de razón he vivido en crisis, porque Andalucía siempre ha estado en crisis. Aunque nos vengan
diciendo que si el “milagro económico” de Aznar y demás sandeces, los problemas de Andalucía, los problemas de la juventud andaluza siguen siendo los mismos y no se ve luz al final del túnel. Han cambiado de color los Gobiernos del Estado español desde la “Democracia”, por el Estado español han pasado dictaduras, monarquías, monarquías parlamentarias, repúblicas, pero en Andalucía nunca cambia nada, seguimos en la misma
situación. Por eso hoy quiero hablaros de la juventud andaluza y de porqué no deben participar en esta farsa.
Podría ponerme aquí a soltar una ristra de datos, que ya todas conocemos, de paro juvenil en Andalucía, de la precaria situación de nuestras vidas, del número de andaluzas en pobreza o en riesgo de padecerla, que se ceba con nuestra infancia y juventud, de la mala situación de nuestra educación pública y muchos otros datos en los que Andalucía es líder, en el Estado español y Europa, en los rankings de la precariedad. Pero hablar de esos datos, de estadísticas y de tantos por ciento invisibiliza a las personas que hay detrás, que detrás de todo eso está María, Juan, Carlos o Dolores, que son personas, que son familias, que sufren, que son personas que ven a sus hijas coger la maleta y emigrar fuera de Andalucía, que son las personas que viven en los barrios de Andalucía que en plena ola de calor les cortan la luz, que son chavales y chavalas que pierden su vida en el tajo, que son personas.
La juventud andaluza seguimos siendo carne de cañón, somos carne de cañón de empresarios que nos explotan en los chiringuitos de nuestra costa a los que vienen los guiri (para mi guiri es todo el que venga de Despeñaperros para arriba) como si de un parque temático se tratara,
somos carne de cañón de trabajos precarios que no nos dan para vivir, que en muchos hogares andaluces están viviendo varias generaciones en la misma vivienda para poder subsistir, comiendo de la pensión de la abuela, que seguimos siendo carne de cañón de la delincuencia, si no que le pregunten a la juventud del Campo de Gibraltar que la única salida que les queda es correr la playa descargando fuerabordas o el tabaco de contrabando, sí, la juventud andaluza seguimos “bajando al moro” y lo podemos ver en cualquier barrio obrero andaluz.
Estamos condenados a la temporalidad laboral, a trabajar unos meses en el año y el resto al paro, así vamos pasando los años y si no lo quieres, pues carretera y manta, que en Inglaterra hacen falta kitchen porter (no se si lo he escrito bien) y en Francia manos para la vendimia.
Seguimos paseando nuestra hambre por las calles andaluzas. Que se nos hace imposible acceder a una vivienda, entre la precariedad laboral y los precios abusivos provocados al convertir nuestros pueblos y ciudades en parques temáticos y resort para los turistas. Mientras que nos siguen echando de nuestras casas con desahucios, que el “Gobierno más progresista de la historia” dijo que ya no había, dejándonos en la calle sin alternativa ninguna, después te sale en la tele que si los ocupas tal y cual. Están acostumbrándonos a la precariedad y la pobreza, a que, si la juventud andaluza queremos independizarnos, rondando los treinta, tiene que ser compartiendo piso, le ponen un nombre chulo en inglés y apañao. A que cada vez tengamos que recortar más en la lista de la compra, privándonos de alimentos como carnes, pescados, frutas y demás. Nos han acostumbrado al miedo a que te llegue un gasto imprevisto y no poder afrontarlo, o tener que tomar decisiones más drásticas. Son muchas cosas las que nos toca comernos a la juventud trabajadora andaluza, una juventud que cada vez está más preparada y formada, que pierde la esperanza de tener un futuro en Andalucía.
Y qué ha hecho el Estado español por la juventud andaluza ¡Nada! Bueno sí prepararnos para ser mano de obra preparada y eficiente en otros territorios del Estado o de Europa, porqué sí señoras y señores, el Estado español exporta mano de obra barata al resto de Europa, en los que hay una gran cantidad de jóvenes andaluces, que se ven sin futuro en su tierra y se tienen que buscar las habichuelas fuera.
¿Cuál es la solución? ¿Tener un escaño en Madrid? ¿La solución la tiene el Congreso de los Diputados o el Gobierno del Estado español? Pues si la tienen, ¿por qué no la han sacado ya?
Porque cuando vienen en campaña electoral dicen que van a solucionar los problemas de Andalucía, que ahora se va a escuchar la voz del pueblo andaluz en el Congreso, como si no hubiéramos escuchado eso antes. Pero es que el Gobierno del Estado español no tiene la solución, porque solamente es un títere de la oligarquía y burguesía “occidental”. No responde a la ciudadanía, responde a los intereses del capital de “occidente”, responde a los mandatos de la UE, la OTAN, el BCE, el FMI y todas esas organizaciones antidemocráticas que mandan en los Estados, que les ordena a hacer recortes a sus ciudadanos y sancionan como sheriffs del Mundo, quedando por encima de la soberanía popular.
Entonces mi pregunta es, ¿de que le sirve a la juventud andaluza votar en las elecciones estatales? ¿Va a haber algún cambio significativo en sus condiciones materiales de vida? Ya os lo digo yo, no. Y no lo digo porque me salga de mis gónadas morenas, lo digo porque nunca lo ha habido. Porque para el Estado español no somos más que una colonia, y como tal, lo único que hace es expoliar nuestra tierra y explotar a nuestro pueblo.
Por eso le digo a la juventud andaluza que en las elecciones españolas, abstención andaluza. Que su Estado no nos va a solucionar nada, que su Estado solo nos va a oprimir, que si protestamos nos mandarán sus tanquetas y nos meterán en la cárcel por lo que digamos en una canción o en Twitter.
Pero la abstención en sus elecciones no será suficiente para la juventud trabajadora andaluza y para su futuro. Los problemas de Andalucía los tenemos que solucionar la clase trabajadora andaluza, con soberanía, independizándonos de un Estado que nos oprime y se burla de nosotras, con un gobierno de la clase trabajadora para la clase trabajadora.
Decidiendo desde Andalucía, no desde Madrid, ni desde Bruselas, ni desde Washington. Los problemas de Andalucía se solucionan rompiendo con el Estado español, rompiendo con el sistema capitalista y rompiendo con el imperialismo, los problemas de Andalucía se solucionan con la
República Andaluza de Trabajadoras. Todo esto, como dije antes, no se consigue simplemente con la abstención mañana, para conquistar nuestro futuro necesitamos una juventud andaluza organizada en organizaciones independentistas y revolucionarias, que las hay, organizada en sindicatos de clase, que los hay, en movimientos vecinales y populares que no estén capitalizados por partidos políticos del régimen, que los hay. Creando conciencia de pueblo y creando conciencia de clase.
El futuro de la juventud trabajadora andaluza no está en poner una papeleta cada cuatro años para cambiar de verdugo. Ni la “izquierda” española, ni la socialdemocracia, ni el regionalismo, ni la derecha y mucho menos un puñado de fachas van a solucionarle nada a una colonia tan importante para ellos como Andalucía. El futuro de la juventud trabajadora andaluza está en sus propias manos.
Ángel Salinas.



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