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Las mujeres andaluzas no apoyamos guerras contra nuestras hermanas

Entre las mujeres hay diferencias y debate sobre el pacifismo. Pero, a pesar de estas diferentes posiciones y perspectivas sobre la guerra, hay un feminismo coherente que significa un salto cualitativo radical: ya no podemos entender la guerra, y no podemos hacer una campaña efectiva en contra de ella, sin tener como referencia la división sexista de la sociedad y la violencia de género.

Ya sea como enfermeras, cuidadoras, madres, hijas, espías o combatientes activas, las mujeres han sido parte de los conflictos a lo largo de la historia: pueden ser víctimas de tortura, ataques indiscriminados, asesinatos, amenazas, secuestros, desapariciones forzadas, detenciones, encarcelamiento, violencia sexual, desplazamiento o reclutamiento forzado. Ellas, además, tienen que velar por la alimentación y la supervivencia de sus familias, encontrando el sustento y la atención médica necesaria en una situación personal de pobreza, pérdida de
trabajo y destrucción del hogar.

Actualmente, la paz se ve amenazada, por una parte, por un futuro en el que la competencia estratégica actual y las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China podrían agudizarse, y, por otro, la probabilidad cada vez más cercana de que Rusia y la OTAN se involucrarán en un conflicto militar directo. Las raíces de este enfrentamiento hay que
buscarlas en la anterior guerra global, la II Guerra Mundial.

Organizaciones de Occidente, especialmente de Polonia, Alemania y Estados Unidos, se esforzaron por reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y de la Gran Guerra Patria (1941-1945), borrando el papel clave del Ejército soviético en la victoria conjunta
contra el nazismo en Europa.

Los mismos países que acordaron con los sionistas encontrar un lugar donde los judíos pudieran quedarse fuera de Europa, y tras barajar lugares como Groenlandia, Argentina y algún país más al final se decidieron por Asía occidental y crearon Israel apoyándose en la versión mítica más popular, la Biblia. Uno de tantos engaños para cambiar la historia, ya que
el relato bíblico no está documentado y no coincide con la realidad histórica. Al no sostenerse la versión de la biblia, estos reescribidores de historias que actualmente no tienen escrúpulos en cometer uno de los mayores genocidios al pueblo palestino, para conseguir sus estratégicos objetivos como la necesidad de hacer desaparecer Palestina, vuelven a poner sobre la mesa la misma táctica que usaron los alemanes y sionistas antes y durante la II Guerra Mundial con los judíos: sacar a los palestinos y palestinas de su tierra. Vuelven a manipular la historia argumentando que los israelitas son europeos o hijos de europeos y por eso Europa debe estar con ellos, dejando al descubierto su islamofobia y los intereses geoestratégicos del imperialismo. Por un lado, intentan blanquear los crímenes de los nazis y, por otro, minimizar el papel verdaderamente decisivo del Ejército Rojo y de los pueblos de la Unión Soviética en la derrota de la Alemania nazi.

Fue Rusia quien consiguió parar a los nazis alemanes ya que esta puso encima de la mesa 26 millones de muertos para liberar a Europa del nazismo, el país al que Europa debe hoy la existencia de sus «democracias», las mismas democracias que ahora trata de destruir Estados Unidos.

El mayor malabarista empeñado en reescribir la historia es EEUU, a través de la manipulación artística hollywoodiense, la prensa y demás populismos quiere hacer creer al mundo que ganó él solo la II Guerra Mundial y consiguió la democracia europea. Menos en el Estado español,
donde dejó a un dictador fascista en el trono de Alfonso XIII, a cambio de territorio para instalar con total autonomía e impunidad bases militares mayoritariamente en suelo andaluz: Rota, Morón, Gibraltar inglesa y sus filiares españolas en Almería, Córdoba, y demás destacamentos en el resto de Andalucía.

En la actualidad EEUU y la OTAN, después de implicar a la UE en la masacre contra Palestina y en la guerra contra Rusia, se plantea cambiar de estrategia militar: ya no interesa la guerra contra Rusia y decide abandonar a su títere ucraniano, con corte de suministros a Ucrania,
retirada de fondos económicos para comprar armamento a Europa entre otros a Alemania, Francia, España, y falta de hombres tanto militarizados como mercenarios para enfrentarse y morir en los escenarios físicos de guerra.

Sin embargo, Alemania, Polonia, Francia, España y demás países europeos siguen empecinadas en seguir manteniendo la guerra para llenar los bolsillos de su oligarquía con la venta de armamento a Ucrania. La misma Europa que fue destruida por los alemanes nazis. El mismo
estado español que perdió tantos miles de hombres, mujeres y niños en un golpe de Estado que duró 3 años y costó miles de vidas. El Golpe de Estado que consiguió quedarse en el poder durante 40 años con el apoyo de italianos y nazis, sobre todo en Andalucía, solo tenemos que recordar la huida de Málaga hacia Almería, salieron huyendo, sobretodo del campo de
Gibraltar y de toda la zona oriental andaluza ocupada por los golpistas. Huyeron como las personas cuando sienten el peligro y no como dijo Queipo de Llano, riéndose con sus secuaces “mirad como corren, en desbandá” en alusión a que son los animales los que salen en
desbandá cuando se asustan.

Al entrar las tropas golpistas junto con las italianas a Málaga miles de personas salieron huyendo por la carretera, blindada por montañas a un lado y el mar al otro, donde esperaban las fragatas españolas y alemanas para bombardear la montaña y los peñones de piedra cayeran en tromba para poder asesinar a más civiles de una vez, hombres, mujeres, niños y
mayores que iban hacia Almería, sin olvidar que cuando Almería dejó de tener capacidad para acoger tantos cientos de personas muchas de ellas tuvieron que seguir el camino por toda la costa mediterránea hasta Francia o Suiza. Almería fue castigada y tuvo que soportar tres días
continuos de bombardeos por acoger a esas andaluzas que conseguían llegar por carretera, ejemplo de historia que no debemos olvidar cuando el estado español se asocia con el resto de Europa para pedir seguir la guerra de Ucrania contra Rusia, implicando sobre todo a jóvenes que les promete trabajo bien remunerado en el empleo de militar; a madres y padres que
tienen que despedir a sus hijos al irse al frente; a parejas que deben separarse por causa de la guerra; a madres que se quedan cuidando de sus hijas e hijos con la esperanza de que no tener que volver a huir por la carretera y que los que se han ido vuelvan lo antes posible.

Con una Andalucía desmantelá económicamente, vendía a multinacionales y fondos de inversión, con minas de tierras raras ya prácticamente puestas en venta, ocupá por la OTAN y con una tercera guerra mundial en puertas. Solo una Andalucía soberana e independiente
puede llevarnos a derrotar al monstruo asesino imperialista y al desmantelamiento de las bases y la salida de la OTAN, esa sería una aportación obligada del pueblo trabajador andaluz a esta lucha mundial.

Por Isi Barrera y Mariví Colomina.



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