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Carta abierta de una PTIS andaluza: ¿hasta cuándo vais a mirar para otro lado?

Soy PTIS ( Personal Técnico de Integración Social ). Trabajo en aulas públicas de Andalucía acompañando a niños y niñas con autismo y otras necesidades educativas especiales. Y hoy escribo con una mezcla de indignación, dolor y rabia contenida, porque lo que está ocurriendo en nuestra tierra con estos menores y sus familias es simplemente inaceptable. Esta semana, una familia de Conil tuvo que alzar la voz en el Parlamento Andaluz para exigir algo tan básico como un aula TEA (Trastorno del Espectro Autista) en su municipio. No estaban pidiendo privilegios, ni limosnas. Estaban reclamando un derecho. ¿La respuesta de la Junta de Andalucía? Negaciones, evasivas y más burocracia. Como si la infancia vulnerable no mereciera ni tan siquiera ser escuchada con humanidad.

Pero esto no es un caso aislado. Es el reflejo de un modelo político que lleva años desmantelando la educación pública por dentro. Lo vemos quienes estamos en las aulas cada día: los PTIS estamos siendo externalizados, precarizados y convertidos en mano de obra barata gestionada por empresas privadas que hacen negocio con la atención a menores con discapacidad. Sí, lo digo claro: LA JUNTA DE ANDALUCÍA ESTÁ PRIVATIZANDO NUESTRA LABOR, permitiendo que empresas intermediarias contraten a personas sin formación específica, sin estabilidad, sin coordinación pedagógica con el equipo docente. Nos están expulsando progresivamente de la pública, y eso tiene consecuencias directas en el alumnado.

¿Cómo se puede hablar de inclusión mientras se desmantela el sistema que la hace posible?

Mientras tanto, seguimos trabajando en condiciones indignas:

– Contratos parciales, por horas, que cambian cada curso o incluso dentro del mismo curso.

– Centros sin apenas recursos, con ratios imposibles.

– Familias desesperadas que deben pagar apoyos de sus bolsillos porque la administración no llega o no quiere llegar.

– Niños y niñas sin el acompañamiento que necesitan porque “ no hay disponibilidad “, “ no entra en el cupo” o simplemente no hay voluntad política.

Y lo más insultante de todo es que algunos altos cargos de esta Consejería todavía se permiten el lujo de hacer comentarios ofensivos sobre lo que hacemos los y las profesionales que trabajamos con personas con autismo.¿De verdad hay que recordar que somos un pilar clave para garantizar su derecho a una educación digna?. A quienes gobiernan en Andalucía les digo: NOS ESTÁIS FALLANDO. Nos falláis a nosotras como PTIS. Le falláis al alumnado más vulnerable. Y le falláis a la sociedad cuando permitís que el beneficio privado pese más que la protección de los derechos.

Queremos una educación pública realmente inclusiva y eso pasa por:

– Reforzar el sistema público, no venderlo a trozos a empresas.

– Contratar directamente al personal especializado.

– Escuchar a las familias y no criminalizarlas cuando se atreven a alzar la voz.

– Reconocer nuestro trabajo, no sustituirlo por contratos basura sin supervisión educativa.

Somos muchas las que cuidamos, acompañamos y defendemos con uñas y dientes una inclusión que, hoy por hoy, es más discurso que realidad. Pero no vamos a callar porque si nosotras no lo decimos, ¿quién lo hará?.

Por Alicia Junco.



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