Andaluzas que escriben sobre Andalucía, el Mediterráneo y el mundo


¡Estúpidos! ¿Han perdido ustedes la cabeza? ¡Es la Soberanía! (II)

Empezábamos la primera parte de este corto ensayo con una afirmación a recordar (1) : Trabajar políticamente para la desaparición de España es una tarea inútil, estéril e innecesaria, pero sí es conveniente saber el porqué esto no ocurrirá, si el lector es andaluz o andaluza de nacimiento o vecindad.

La razón fundamental que explicábamos era que, la entrega de la soberanía y la capacidad de decidir de todos los que vivían en lo que se llamaba «España» en 1936 a potencias extranjeras, ya fueran la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini en los acuerdos del 1932, o a los mismos Estados Unidos de América en 1953 por parte de las clases dominantes, elitistas y golpistas, sólo buscaban salvaguardar y poner a cubiertos sus intereses y sólo sus intereses.

La democracia burguesa no garantizaba sus privilegios.

Para ahondar de dónde arranca este plan de suplantación de la soberanía de lo que en aquel momento se consideraba España, debemos de volver la mirada al periodo de 1917 a 1921 y más concretamente tomar en consideración las palabras del Rey Alfonso XIII en su famoso discurso en el Casino de Córdoba de ese año, donde dejó bien a las claras dos pensamientos claves. Uno, que él se consideraba la máxima autoridad del Estado (soberano) y que entraría en política dentro o fuera de la Constitución. Y dos: el ejército no debía ser leal a los gobiernos si no a los intereses generales de España.

En aquel mismo periodo, justamente al finalizar la I Guerra Mundial, y también en la misma ciudad andaluza, Blas Infante daba a conocer lo que se llamó el Manifiesto Andalucista de Córdoba (1919) donde expuso su visión muy real de la situación de Andalucía y la necesidad de emprender una auténtica revolución.

(…) Un Estado que nos deshonra, regímenes arcaicos y feudales en toda la administración. Un estado centralista. Un código civil que somete a la mujer. Jornaleros que pasan hambre.”
(…) Queremos resolver el problema del hambre en Andalucía, convirtiendo al
jornalero en labrador y concluyendo con el latifundio y la barbarie de los
terrenos por cultivar. Para esto, (…) conforme a lo votado por la Asamblea
Regionalista de Ronda, aspiramos a absorber en beneficio de la comunidad municipal el valor social del suelo, negando la propiedad privada de dicho valor;
(…)
Queremos dignificar a la mujer esclavizada por un bárbaro Derecho (…)
Queremos reconocer conforme los artículos 14 y 15 de dicha Constitución
(refiriéndose a la de Antequera) la independencia civil y social de la mujer. Toda
subordinación que para ella establezcan las leyes quedará derogada desde la
mayoría de edad.

Blas Infante también reconocía como modelos a seguir en la organización de su soberanía el modelo originario de los mismos Estados Unidos de América a los que él mencionaba que tuvieron que recurrir Cuba y Costa Rica para independizarse de España, o a la nueva organización democrática de la clase trabajadora en la Rusia naciente después de su revolución. Aquellas afirmaciones dejaban bien a las claras sus diferencias con el Rey Alfonso XIII de entonces.

Blas Infante defendía en esencia lo ya recogido en la Constitución Andaluza de Antequera de 1883. La soberanía de Andalucía en manos exclusivamente de los andaluces y andaluzas. Soberanos en los problemas y soberanos en las soluciones.

Pero la oligarquía española ante este panorama solo supo recurrir a lo más
fácil para ellos: dar el primer golpe militar del siglo pasado (1923), y de esto sólo hace poco más de cien años.

¿Cómo se podía cuadrar una situación imposible? Si la soberanía del pueblo recaía en las cortes como decía la Constitución, ¿cómo podía ser legal y legítimo un golpe de estado? Torciendo la situación y volviendo a defender que la soberanía de España recaía en la corona española (2). El Rey Borbón de entonces accede a ello y es él, Alfonso XIII, el que nombra como presidente del Gobierno del Estado español a un General.

Por Manuel Lazpiur Rodríguez.

Notas.

1 /https://pensamientoandaluz.com/2025/10/27/estupidos-han-perdido-ustedes-la-cabeza-es-la-soberania-i/
2 «Dentro o fuera de la Constitución tendré que imponerme y sacrificarme». Discurso Casino de la Amistad en Córdoba. 23 de mayo de 1921.



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