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¿Por qué avanza el fascismo y por qué va a retroceder?

El fascismo nunca se ha ido desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ni en el mundo ni tampoco en Andalucía. El Estado español, que ocupa nuestra tierra, lleva el fascismo en su ADN. Desde la conquista castellana hemos vivido el militarismo, el  imperialismo colonialista y la Inquisición. La retaguardia en que se cebó más la represión fascista en la Guerra Civil fue en Andalucía.

En nuestra tierra se perpetró terrorismo de estado. La estrategia fue la del terror: tortura, fusilamientos, jornaleros perseguidos a caballo por los señoritos, la Desbandá (un crimen de guerra horrible donde se asesinó a población civil a cañonazos, disparados por la Armada mientras intentaban huir por la carretera de Málaga a  Almería), y un largo etcétera. Y ese terror hizo  tanto daño a tantas andaluzas que muchas  guardaron silencio y no explicaron las atrocidades cometidas ni a sus hijos ni a sus nietos.

Y el régimen del 39-78 con su corrupción, incumplimientos electorales constantes  y degradación de los servicios públicos nos ha llevado a una situación en que en el Estado español el 10% más  rico posee el 56 % de la riqueza mientras el 50% más pobre solo posee el 7% de la misma. El régimen ha fracasado con lo cual cada vez más andaluzas se han desengañado de la «política». Cuando oímos a personas decir que no creen en la política lo que realmente quieren decir es que no creen en el régimen del 39-78.

Y es que en este régimen de administración del capitalismo cuesta encontrar trabajo y si se encuentra es precario; cuesta cada vez más para más personas llegar a final de mes; cuesta encontrar vivienda y en el que cuesta cada vez mas que te atienda a tiempo la Sanidad pública y los servicios ligados a la ley de la dependencia y cuesta cada vez más esfuerzo y dinero acceder a la Universidad.

El fracaso del capitalismo en gestionar los Estados con la democracia parlamentaria es generalizado a nivel mundial y ha llevado a las oligarquías a abrazar el fascismo para perpetuar su dominación y a parte de la clase trabajadora a buscar una alternativa para su futuro. Y en este contexto el fascismo es un encantador de serpientes con mucho dinero invertido en propaganda en los medios.

En Andalucía, el país con mayor tasa de paro de la Unión Europea, parte del pueblo trabajador que no ha escuchado en su familia las atrocidades del fascismo franquista por lo que hemos explicado antes, y desengañados de PP y PSOE ven en Vox una salida.

La situación cada vez peor del pueblo trabajador andaluz no es culpa, para Vox, de la desigualdad social y del hecho inexorable que la estadística nos confirma año tras año :que los ricos son cada vez  más ricos y que nosotros somos cada vez más pobres. La culpa es de la corrupción y el despilfarro de la izquierda; de los emigrantes  y de las ayudas públicas que reciben; del costo que significan los «menas» y de la delincuencia. Y su receta es deportar inmigrantes, lo que llaman «reemigración», acabando con lo que califican de invasión  para quitarnos el trabajo, que las ayudas sean solo para los  españoles, aumentar las penas a los delincuentes bajando la edad penal a los 12 años, etc. Asimismo en defensa del capitalismo salvaje niegan el cambio climático para que el capital se siga forrando.

Toda esta estrategia es una cortina de humo para que no pensemos. En lugar de ir a la raíz de los problemas para resolverlos  la solución de la oligarquía es siempre chauvinismo y represión, ¡mano dura!, porque para el fascismo la seguridad de consigue a base de porras y balazos.

Impugnan la libertad, el matrimonio LGTBI  no les gusta, están contra el derecho al  aborto mientras defienden la pena de muerte, están contra el derecho a decidir de los pueblos, defendiendo la unidad de España como algo sagrado, dicen que la violencia machista es un invento porque hay violencia de hombres contra mujeres y de mujeres contra hombres… El mensaje del fascismo aquí y ahora es que juntos los españoles de siempre, obedeciendo al orden y la ley, haciendo ricos a los empresarios, dándolo todo por la patria (porque para los amos suena mal), armándonos hasta los dientes contra «los rojos» y combatiendo el feminismo que nos divide tendremos trabajo y tendremos servicios públicos (aunque sean externalizados) que funcionarán. No ha de luchar por nada el pueblo andaluz, solo hay que votar a Vox.

La izquierda parlamentaria no tiene ya ninguna credibilidad y no se pierde nada apostando por Vox. Vox capitaliza la decepción del pueblo trabajador andaluz con el PSOE, Izquierda Unida, Podemos, Sumar, Adelante Andalucía y las diferentes marcas de la izquierda del sistema.

Las revolucionarias debemos alzar nuestra voz ante este estado de cosas y presentar nuestra alternativa. A saber, que para tratar un problema hay que analizarlo. Hemos de ir  a la causa de los problemas: los ricos en nuestra nación cada vez son más ricos, tienen información privilegiada siempre y hacen los mejores negocios. Pagan menos impuestos con su ingeniería fiscal, sus paraísos fiscales y una Junta de Andalucía que les ha quitado los impuestos de Donaciones y Sucesiones y de Patrimonio.

La alternativa  es exigir un salario mínimo que de verdad nos permita llegar a fin de mes, rebajar la jornada de trabajo y exigir pensiones mínimas iguales  al salario mínimo. Lo contrario de lo que defiende Vox en sus votaciones que siempre favorecen a los amos del cortijo.

La causa de las migraciones no es una invasión premeditada. Es la huida de la miseria, una miseria que es impuesta por las mismas multinacionales y el mismo capitalismo que nos oprime a nosotros. Un capitalismo que paga sueldos de semiesclavitud a los pueblos de África, Asia y América Latina expulsando a miles de habitantes a Europa y América del Norte. Construir el socialismo revolucionario en Andalucía y en el mundo hará que todas podamos tener una vida digna. En nuestro país, en Andalucía, hoy solo sobran los corruptos y explotadores.

El capitalismo genera pobreza, miseria y familias desestructuradas y el machismo patriarcal relativiza la agresión sexual. Acabar con el capitalismo y el machismo acabará con la delincuencia y la violencia contra las mujeres.

Las revolucionarias hemos de decir la verdad: que nosotras creemos en la ley y el orden. Nuestra ley es que todos los seres humanos nacemos libres e igual es y tenemos derechos y que nadie es más que nadie. Y nuestro orden es pan, trabajo, techo, sanidad, educación, ayuda a la dependencia…, servicios públicos y de calidad. Una vida digna que merezca la pena ser vivida.

Y frente a la falsa seguridad del fascismo basada en la represión la seguridad de una República Andaluza de Trabajadoras, en la que podremos mirar a nuestras hijas e hijos  y nuestras nietas y nietos sabiendo que van a tener sus necesidades materiales cubiertas y donde podremos vivir una vida digna.

Nosotras no queremos promesas pero afirmamos que los hombres y mujeres del pueblo trabajador andaluz no nos dejaremos engañar por la propaganda fascista de Trump y sus discípulos y afirmamos  que el único camino para mejorar nuestras vidas y las de nuestras hijas y nietas es redistribuir la riqueza, controlando colectivamente la economía el pueblo trabajador andaluz para acabar con la miseria y la pobreza y así organizándonos, comarca a comarca en Andalucía, haremos retroceder el fascismo y el capitalismo, construyendo así la sociedad socialista.

Por Joan Batlle.



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